En la Cumbre de Río de la ONU celebrada en 1992, los países miembros se comprometieron a reducir el impacto negativo del desarrollo industrial sobre el planeta Tierra. Sin embargo, décadas después la situación no ha mejorado mucho. Los datos sobre la contaminación industrial y el cambio climático son cada vez más preocupantes.
En este artículo queremos hablarte más a fondo de la contaminación industrial, de sus implicaciones y de por qué resulta vital regularla de forma urgente.
Cuando hablamos de contaminación industrial nos referimos a la emisión de sustancias dañinas, tóxicas o peligrosas resultantes de los procesos industriales al medio natural. Estas emisiones pueden ser vertidos al suelo, vertidos a cauces de agua, emisiones a la atmósfera o ruidos al entorno, entre otros.
Las causas principales de la contaminación industrial son la quema a gran escala de combustibles fósiles (como el petróleo, el carbón, etc.) y los vertidos de aguas residuales.
Desde que estas sustancias nocivas que derivan de los procesos industriales se liberan al medio, se van acumulando en el agua, en el aire, en el suelo, en los alimentos e incluso en los tejidos que portamos. A medida que pasa el tiempo, estos residuos amenazan nuestra salud y la del planeta que habitamos.
El impacto de las actividades industriales en el medioambiente es a veces puntual y devastador, como ocurrió con el desastre de Chernobyl. Otras veces el impacto es muy localizado y persistente en el tiempo por la continuidad de la actividad que lo provoca, como ocurre por ejemplo en algunas áreas urbanas industrializadas.
Aproximadamente, un 78% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provenían de actividades vinculadas al procesado de la energía (sector energético, transporte e industrias manufactureras). El 22% de las emisiones restantes se atribuían al sector agrícola, a los procesos industriales sin combustión y a la eliminación de residuos.
La Directiva Europea sobre emisiones industriales (IED) es un acto legislativo aprobado en el año 2010 con el objetivo de contribuir a la prevención y a la reducción de la contaminación industrial.
Esta normativa se aplica a una serie de industrias específicas: sectores de actividades energéticas, producción y transformación de metales, industria minera, industria química, gestión de residuos, cría de animales, etc. Se estima que esta normativa afecta a 50.000 empresas industriales de toda Europa.
En este contexto surge la Autorización Ambiental Integrada (AAI), un permiso que posibilita la explotación de una instalación industrial bajo determinadas condiciones diseñadas para garantizar el cumplimiento de la normativa ambiental. Este permiso resulta indispensable para que las industrias citadas anteriormente puedan ejercer su actividad.
En 2022, la Comisión Europea ha presentado propuestas para actualizar la Directiva Europea sobre emisiones industriales aprobada en 2013. El marco legislativo vigente se revisará con nuevas medidas. Entre los principales cambios destacan:
De cara a prevenir la contaminación industrial son indispensables las siguientes acciones:
Si bien la actividad industrial resulta clave para el desarrollo humano y no se puede frenar, lo cierto es que las empresas pueden adoptar medidas para reducir la contaminación industrial. A continuación, citamos algunas de las principales:
Sin lugar a duda, en el contexto ambiental actual, todas las empresas, pequeñas, medianas y grandes, deben contribuir a la reducción de la contaminación y el impacto ambiental. Solo de esta manera podremos garantizar el mantenimiento del planeta tal y como lo conocemos.
Y tú empresa, ¿ya adopta medidas para frenar la contaminación industrial?