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GNL para el transporte marítimo: hacia una movilidad más sostenible

GNL Para El Transporte Marítimo Hacia Una Movilidad Más Sostenible

El gas natural licuado (GNL) se sitúa hoy en día como una de las mejores soluciones para el transporte marítimo, gracias a su eficiencia y su bajo perfil contaminante, aspectos esenciales para promover la transición hacia una movilidad más limpia y sostenible. Por este motivo, año tras año, el GNL para el transporte marítimo ha ido aumentando su cuota de presencia.

Dado el aumento de su uso y su potencial de crecimiento, en este post trataremos de resumir las principales características del GNL y profundizaremos en las ventajas que este combustible puede ofrecer al transporte marítimo y a la sostenibilidad del planeta.

¿Qué es el Gas Natural Licuado (GNL)?

El gas natural licuado (GNL) es gas natural pero en estado líquido, obtenido mediante un proceso de enfriamiento mediante el cual el gas alcanza temperaturas de unos -162º. Es decir, el GNL es el resultado de enfriar el gas natural para que, posteriormente, se convierta en líquido. Gracias a este proceso el volumen que ocupa el gas en estado líquido puede llegar a ser hasta 600 veces menor que en estado gaseoso. Con ello, se facilita y se abarata el proceso de almacenamiento y transporte de este producto.

Si nos fijamos en sus características físicas y químicas, el GNL es un combustible inodoro e incoloro que, además, no es tóxico ni corrosivo, características que lo convierten en un combustible ideal para el transporte. Al mismo tiempo, su combustión no produce azufre ni emite partículas contaminantes, hecho que lo sitúa como una de las alternativas para el transporte más respetuosas con el medio ambiente. Y es que su uso puede llegar a reducir las emisiones de CO2 hasta en un 30%.

Sus aplicaciones son múltiples: industria textil, alimentaria, química... Sin embargo, una de las más destacadas y con más potencial es su uso como combustible para el transporte marítimo.

GNL y transporte marítimo: eficiencia y sostenibilidad

El transporte es el responsable del 28% de la demanda final de energía mundial y del 23% de las emisiones mundiales de CO2, según los últimos datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Además, en España, el transporte es el sector que más energía consume, alcanzando un 40% del total.

Por ello, y ante una situación de crisis climática, es imprescindible dirigirnos hacia una movilidad más sostenible, sobre todo, en cuanto al transporte, tanto terrestre, como ferroviario y, especialmente, marítimo. Para lograrlo, el Gas Natural Licuado (GNL) toma un papel especialmente relevante.

El fueloil que alimenta los motores de los buques marítimos es muy contaminante. Su combustión, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) supone el 2,11% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI). Esta situación preocupa especialmente ya que, de acuerdo con la AIE, si no se toman medidas, en 2050 las emisiones de GEI procedentes de los buques aumentarán hasta en un 250%.

El gas natural licuado permite reducir, como mínimo, un 20% las emisiones de CO2, al mismo tiempo que elimina prácticamente el total de las partículas contaminantes, óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno.

Por este motivo, es esencial empezar a sustituir los combustibles tradicionales por gas natural licuado (GNL) en el transporte marítimo, así como también en el terrestre y ferroviario. Esto es así ya que, actualmente, es muy complicado electrificar en su totalidad el transporte pesado, ya sea por carretera o marítimo, debido a la necesidad de asegurar una alta capacidad de almacenamiento de energía a bordo y de garantizar la flexibilidad que demandan las operaciones logísticas.

Ventajas de usar el GNL para el transporte marítimo

El GNL puede ofrecer múltiples beneficios a nivel general como su alta eficiencia y rendimiento y sus bajas emisiones, pero ¿cuáles son las ventajas de usar este combustible para el transporte marítimo?

  1. El GNL para el transporte es una solución eficaz y sostenible para lograr los objetivos de descarbonización a largo plazo de la UE y los objetivos de emisiones de 2030 para las emisiones de vehículos pesados.
  2. El GNL puede abastecer de suficiente energía a un barco para que funcione correctamente y pueda realizar el trayecto que precise.
  3. El cambio de los combustibles tradicionales a GNL en el sector marítimo puede ofrecer una reducción inmediata de las emisiones de CO2 hasta en un 28%.
  4. El GNL permite cumplir el límite de azufre en el combustible de buques implementado por la Organización Marítima Internacional (OMI) en enero de 2020. Este nuevo límite supone una reducción del 77% de las emisiones totales de óxidos de azufre producidas por los buques.
  5. El uso del GNL en el transporte marítimo contribuye a prevenir la lluvia ácida y la acidificación de los océanos, hecho que ayuda a proteger a las especies acuáticas.
  6. A corto plazo, el uso del GNL para el transporte permite mejorar rápidamente la calidad del aire de las zonas urbanas, especialmente en los puertos y las costas.
  7. Con GNL se evitan vertidos de petróleos provocados por accidentes, además de los causados por las tareas rutinarias de mantenimiento y limpieza y derrames accidentales de carga y descarga, responsables de un 19% de los vertidos.
  8. Gracias a la eficiencia, alto rendimiento y mayor autonomía del GNL, se abaratan los costes de combustible, con el aumento de la competitividad que ello podría representar para el sector del transporte y de las empresas asociadas.
  9. La movilidad marítima mediante el GNL permitiría diversificar las fuentes energéticas y reducir la dependencia energética del petróleo.

Gracias a todas estas ventajas, y junto con el diseño de un sistema de transporte eficiente y el compromiso de todos los actores implicados, el GNL constituye un elemento clave para un transporte limpio y sostenible. Por ello, es imprescindible que las instituciones y gobiernos reconozcan el papel fundamental que juega el GNL en la transición energética. En especial teniendo en cuenta los beneficios medioambientales y la flexibilidad y fiabilidad que ofrece en comparación a otros combustibles tradicionales.

Con todo ello, el GNL puede convertirse en un vector fundamental y una solución real para lograr los objetivos de movilidad sostenible a medio y largo plazo.