La mala calidad del aire, la contaminación, el consumo excesivo de energía, su efecto sobre la salud de la población o los problemas de circulación son algunos de los inconvenientes que genera el actual modelo de movilidad, sobre todo, de las grandes ciudades, basado en el coche privado.
En primer lugar, la movilidad hace referencia a los desplazamientos, tanto de personas como de mercancías, que se producen en un entorno. El modelo de transporte de las últimas décadas se ha basado en el coche particular y en el uso de combustibles fósiles como la gasolina o el gasóleo.
Esto ha generado distintas problemáticas, sobre todo, en las ciudades modernas, como la congestión y su alto impacto medioambiental, social y para la salud de las personas.
Ante este modelo de transporte y los problemas que genera para el medioambiente y la salud de las personas, es necesario impulsar iniciativas de movilidad más sostenibles para reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire.
Actualmente, existen distintas alternativas de transporte más sostenibles con las que podemos lograr reducir el impacto medioambiental y sanitario de nuestros desplazamientos.
Aunque pueda parecer obvio, el transporte público es la opción ideal en muchos casos, sobre todo, cuando hay que moverse por la ciudad y para trayectos más largos. Es más rápido que otros transportes, más barato y accesible y evitas tener que buscar aparcamiento, entre otras cosas. Usando el autobús, el metro, el tranvía o el tren, entre otros, estarás contribuyendo a una reducción de las emisiones de CO2 y a una mejora de la calidad del aire.
Desde ya hace un tiempo, por ejemplo, el autobús se ha ido adaptando a las nuevas necesidades y demandas del planeta y los ciudadanos, mediante el uso de carburantes menos tóxicos y con menos emisiones de CO2 e, incluso, el uso de autobuses eléctricos.
Ir andando a los sitios, cuando sea posible por distancia y tiempo, entre otras cosas, siempre será la solución más sostenible. Además de no generar emisiones de CO2 ni tener ningún coste añadido, andar tiene beneficios para nuestra salud.
Otra muy buena opción para moverse por la ciudad son las bicicletas o los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) como el patinete, los scooter eléctricos, los segways o los hoverboards.
Cada vez son más los usuarios que optan por este tipo de transportes, sobre todo, para desplazarse por la ciudad y en distancias cortas, gracias a la autonomía que ofrecen, su rapidez y comodidad. Además de no generar emisiones de CO2, también puedes lograr un gran ahorro económico frente a otros tipos de transporte como el vehículo privado.
A pesar de que el uso de un vehículo privado debería ser la última opción en cuanto a movilidad sostenible, existen algunas formas alternativas de usarlo con las que podemos reducir las emisiones de CO2 y otros problemas derivados de su uso como el tráfico.
Por ejemplo, podemos compartir coche o trayecto, lo que se conoce como carpooling. Con esta modalidad, si diferentes personas salen de un sitio cercano y se dirigen al mismo destino, no será necesario que usen vehículos diferentes. Compartiendo coche, se logrará reducir las emisiones de CO2 que produciría el uso de dos o más vehículos en vez de uno y, además, será más económico.
Del mismo modo, si utilizamos el coche en pocas ocasiones y queremos evitar los gastos que conlleva mantener un vehículo, podemos optar por alquilarlo, es decir, por el carsharing. Siempre que sea posible, además, será una opción aún más sostenible si alquilas un coche eléctrico.
Además, las ventajas del autogas son múltiples: ahorras en combustible, te permite beneficiarte de las ventajas de las etiquetas ECO, contribuyes a mejorar la calidad del aire y tus hábitos de repostaje y conducción no cambian, entre otros.
Y tú, ¿qué transporte sueles usar para moverte? ¿Cómo crees que será la movilidad dentro de unos años?