¿Cómo reducir la huella de carbono en casa?
Los científicos y expertos en el clima han advertido que es necesario tomar medidas urgentes y ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar los peores impactos del cambio…
En la actual situación de emergencia climática, reducir las emisiones contaminantes derivadas de los desplazamientos se ha vuelto una prioridad a nivel global. En este contexto, cada vez son más los fabricantes que apuestan por producir vehículos con motor de gas y los conductores que los eligen como primera opción, debido a su gran rendimiento y a sus numerosos beneficios. Cabe recordar que, dentro de las alternativas sostenibles, estos vehículos destacan por su precio asequible y por las facilidades que ofrecen de cara al repostaje.
En este artículo, trataremos de explicarte los puntos en común y las principales diferencias que existen entre los dos gases que se emplean con mayor frecuencia en el ámbito del combustible: el gas licuado del petróleo (GLP) y el gas natural comprimido (GNC). Bajo una mirada superficial, ambos resultan muy similares pero lo cierto es que son bastante diferentes.
Comenzaremos definiendo cada gas.
El GLP, también denominado autogas, es un gas licuado del petróleo compuesto principalmente por una mezcla de gas propano y butano. El GNC, por su parte, no es otra cosa que gas natural comprimido, compuesto principalmente por metano. Ambos resultan fuentes energéticas altamente eficientes, limpias, silenciosas y muy aptas para la propulsión de vehículos.
A día de hoy, tanto los vehículos GNC como los GLP son vehículos bifuel, es decir, combinan un depósito de gas con uno de diesel o de gasolina. En ambos casos su uso es muy similar; el coche funciona principalmente con gas y sólo cuando este combustible se agota, el vehículo recurre de manera automática al depósito de gasolina.
Una de las principales diferencias entre ambos combustibles se relaciona con el tipo de repostaje y con el diseño del vehículo.
Las diferentes propiedades físicas y químicas de ambos gases repercuten, de manera directa, en el diseño de los depósitos requeridos para almacenar el combustible en el interior del vehículo.
En un vehículo de GLP el combustible (líquido) se almacena en un depósito tórico (tipo de depósito que, por su forma, se ubica en el espacio reservado para la rueda de repuesto del coche) o cilíndrico a presiones bajas.
En el caso del GNC el vehículo almacena el combustible (en estado gaseoso) en varias bombonas de alta presión que ocupan un poco más de espacio útil y añaden algo de peso al vehículo.
Si te planteas cambiar de combustible una de las primeras dudas que puedes tener estará relacionada con la autonomía de los vehículos.
En este contexto, te tranquilizará saber que un coche GLP tiene más autonomía que un vehículo de combustible tradicional. En total, y por término general, un turismo con motor GLP puede recorrer hasta 400 kilómetros más. En general, el consumo aproximado de un vehículo GLP es de 6 a 8 litros por cada 100km.
Lo mismo sucede con el GNC. La autonomía de los vehículos GNC llega a ser, incluso, ligeramente superior a la de los vehículos GLP. El consumo aproximado de un vehículo GNC es de 3 a 6 litros por cada 100km.
En este punto, es oportuno recordar el incremento de autonomía que consiguen tanto los vehículos GLP como los GNC, respecto a los de gasolina o gasóleo, a través de su doble depósito (gas + combustible tradicional). Una vez agotado el gas, el vehículo podrá seguir recorriendo kilómetros gracias a su almacén secundario de diésel o de gasolina. Esto supone, sin duda, un interesante aliciente que mejorará la experiencia de viaje, la tranquilidad y el confort del usuario.
En cuanto a la potencia, cabe mencionar que los motores de GLP consiguen equiparar los resultados de un motor de gasolina. En el caso de los motores GNC, sin embargo, se aprecia una ligera merma de potencia debido al peso adicional del sistema de almacenaje.
Otra de las diferencias más relevantes entre los vehículos con combustibles de GLP o GNC hace referencia a la red de repostaje.
En este sentido, la situación en nuestro país está experimentando una notable mejoría en los últimos años. En la actualidad, España registra aproximadamente una red de 600 estaciones de servicio con GLP. Una cifra que no para de crecer y que apunta a seguir el camino marcado por otros países europeos. Alemania dispone ya de 7.000 puntos de distribución, en Portugal disfrutan de 5.500 y en Italia ya cuentan con 3.767.
Pese a que el número de gasolineras de GLP es menor en España, lo cierto es que, con una buena planificación, la actual red permite recorrer el país de punta a punta prácticamente sin tener que utilizar el depósito de gasolina. Algo que aún no ocurre con los vehículos GNC.
La red de distribución de GNC es todavía bastante menor en nuestro país. A día de hoy, existen un total de 71 gasolineras repartidas por la Península en las que es posible repostar GNC. Además, hay otras 35 en proyecto, que deberían estar operativas antes de que termine el 2020. Afortunadamente, tanto el diésel como la gasolina, se venden en cualquier lado, por lo que no existe riesgo alguno de que el coche te deje tirado.
Si hablamos de rentabilidad has de saber que tanto los vehículos de GLP como los de GNC pueden aportarte un importante ahorro económico. El precio del gas es bastante más reducido que el de los combustibles tradicionales y al repostar podrás reducir hasta en un 40% tu gasto en carburante.
En el caso del GNC, el precio del Kg se sitúa aproximadamente en 0,075 euros, mientras que el litro de GLP ronda los 0,672 euros. En ambos casos el precio del combustible está regulado por normativa europea, por lo que su tarifa es idéntica en todas las estaciones de servicio.
También son menores los gravámenes del gas respecto a otros combustibles fósiles.
Mientras que por cada litro de diésel se paga un 53,6% en impuestos y un 57,5% en el caso de la gasolina, las tasas del gas se sitúan en torno al 22%.
Además de ahorrar en carburante, con el gas también podrás ahorrar en tu vehículo. A día de hoy, los coches con motores GLP y GNC presentan precios muy ajustados, especialmente si los comparas con el resto de alternativas de movilidad sostenible (vehículos eléctricos).
Como te explicábamos previamente, tanto el GLP como el GNC se han consolidado como dos grandes alternativas de combustible sostenible. Durante su combustión, ambos gases apenas emiten partículas de CO2, óxido de nitrógeno y otras partículas contaminantes.
Aunque en principio la combustión del GNC es un poco más limpia - es el hidrocarburo más simple -, las bajas emisiones del GLP y del GNC se interpretan de la misma manera desde un punto de vista normativo. Ambas superan la normativa Euro 3, por lo que son tratados como vehículos ecológicos y reciben la pegatina ECO, necesaria para poder acceder a las zonas céntricas de cada vez más ciudades.
Uno de los aspectos más destacables de los vehículos de gas es su limpieza. El gas es una fuente de energía limpia, que apenas genera residuos durante su combustión y permite que el aceite del motor permanezca limpio durante más tiempo.
Gracias a ello, los vehículos de GLP y de GNC son capaces de duplicar la duración del motor debido al menor desgaste de los cilindros y segmentos del motor.
En cualquier caso, has de saber que el gas no consigue una lubricación tan fluida como el diésel o la gasolina, por lo que es aconsejable realizar un buen mantenimiento tanto del motor, como de los sistemas GLP/GNC y sus válvulas para evitar un posible desgaste prematuro.
Ahora que ya conoces las principales ventajas y desventajas de ambos combustibles, te preguntarás qué turismos híbridos de gas están disponibles en el mercado.
Lo cierto es que la cifra de vehículos de gas siguen aumentando en España y están disponibles en cada vez más concesionarios.
Estos son algunos de los fabricantes que ya comercializan vehículos de gas en España.
De igual forma, si no quieres invertir en un nuevo vehículo, siempre puedes convertir tu coche convencional a autogas.
Los vehículos de gas tienen cada vez más presencia en las carreteras de nuestro país.
Lo cierto es que tanto el GLP como el GNC resultan opciones muy válidas y muy interesantes de cara a reducir el impacto económico y medioambiental de tus desplazamientos. Decantarse por uno u otro combustible dependerá, fundamentalmente, del modelo de coche que buscas y de las posibilidades que te ofrezca la red de distribución de tu zona. Te recordamos que, a día de hoy, el GLP dispone de una mejor infraestructura en nuestro país.
En cualquier caso, concluimos este artículo afirmando que el futuro de los vehículos de gas, tanto de GLP como de GNC, es prometedor; es la principal alternativa de movilidad sostenible y uno de los grandes aliados para la transición energética. Y es que los vehículos de gas representan un paso intermedio ideal en la transición hacia los vehículos eléctricos.
Si tenemos en cuanta la rentabilidad, tanto los vehículos de GLP como los de GNC o GNL pueden aportarte un importante ahorro económico. Conoce más a fondo sus diferencias en nuestro post Diferencia entre GNC y GNL.
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