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¿Qué es la formación continua y cuáles son los beneficios para tu empresa?

¿Qué Es La Formación Continua Y Cuáles Son Los Beneficios Para Tu Empresa

En un mundo que se encuentra en constante cambio, las empresas tienen que ir adaptándose a todos los avances para no quedarse obsoletas. En este sentido, la formación continua se convierte en una herramienta imprescindible en los tiempos que corren.

El ritmo de los cambios sociales, tecnológicos y económicos cada vez es mayor, por lo que ya no es suficiente con una única formación inicial que habilite a los empleados para trabajar. 

En la actualidad, todos los profesionales, aunque ya estén establecidos, deberían continuar actualizando y profundizando sus conocimientos, sea cual sea su trabajo y sector.

¿Qué es la formación continua en la empresa?

La formación continua se puede definir como toda aquella actividad que persigue el mantenimiento de la capacitación del profesional y no suponen especialización oficial.

En las empresas, consiste en un conjunto de acciones formativas desarrolladas para mejorar las cualificaciones, conocimientos y competencias de los trabajadores. Esta supone la adquisición sistemática de actitudes, conceptos, conocimientos, reglas o destrezas que implican una mejora en la realización del trabajo y una mejor adaptación a los nuevos tiempos.

Tipos de formación continua

A cntinuación, detallamos algunos de los diferentes tipos de formación continua que existen:

  • Formación continua presencial: Consiste en la realización de un curso o programa en la propia empresa o en una entidad especializada externa.
  • Formación continua online: La plantilla tiene acceso a los contenidos teóricos y prácticos desde cualquier dispositivo electrónico. Es la alternativa más flexible para los empleados, que pueden acceder a la formación desde cualquier lugar y en cualquier momento.
  • Blended learning: Se trata de una formación semipresencial. Combina una formación online con clases presenciales sobre los contenidos que necesitan un mayor refuerzo o aportación práctica.
  • Lifelong learning: Este concepto hace referencia a una formación que se da a lo largo de toda la vida, es una búsqueda continuada, voluntaria y motivada de conocimientos de cualquier tipo, sean personales o profesionales.

Al mismo tiempo, estas formaciones pueden ser clasificadas en bonificadas, subvencionadas o colaborativas:

  • Las formaciones bonificadas: son gestionadas a través del SEPE y la FUNDAE dando bonificaciones a las empresas para realizar actividades formativas.
  • Las formaciones subvencionadas: son aquellas que no tienen ningún coste, pero no es ofrecida directamente a los empleados de una empresa, sino a personas que cumplen una serie de requisitos.
  • La formación colaborativa: consiste en que los propios empleados impartan sesiones formativas de cada área de la compañía.

¿Por qué es importante contar con un plan de formación?

Los conocimientos y capacidades de los empleados son el activo más valioso de cualquier empresa. Una organización que no desarrolla los conocimientos de sus trabajadores está destinada al estancamiento.

Por ello, algunos de los beneficios de la formación continua son los siguientes:

  • Favorece la igualdad de oportunidades entre los trabajadores.
  • Promueve la integración de las personas.
  • Contribuye a la satisfacción laboral: conocer mejor las tareas a realizar y saber cómo llevarlas a cabo, eleva el nivel de satisfacción con el puesto de trabajo.
  • Mayor rendimiento y productividad de los trabajadores.
  • La plantilla estará preparada para adaptarse a los cambios estratégicos que se producen en las empresas y en los mercados.
  • Permite a los trabajadores afrontar la toma de decisiones y la solución de problemas.
  • Forma a empleados que se sienten valorados, motivados y con confianza para asumir nuevas responsabilidades.
  • Puede contribuir a reducir los accidentes laborales.

Pasos para preparar un plan de formación continua en tu empresa

A la hora de preparar un plan de formación continua en tu empresa, te recomendamos seguir los siguientes pasos para obtener unos buenos resultados de tu inversión.

1. Identificar las necesidades formativas

En primer lugar, se deben identificar las áreas que requieren una mejora. Las iniciativas de formación para los empleados deben estar dirigidas a satisfacer sus propias necesidades, para que estén preparados para posibles cambios o demandas del mercado, así como evoluciones tecnológicas.

Algunas de las posibilidades que tenemos para identificar las necesidades formativas de nuestra empresa son:

  • Entrevistas con los empleados: Preguntar en primera persona a los trabajadores cuáles son los aspectos en los que se sienten menos preparados, en qué les gustaría mejorar, qué ámbitos les interesan, cuáles son sus planes de carrera…
  • Encuestas: Cuestionarios en los que los empleados pueden responder las mismas cuestiones que se mencionaron en el punto anterior, pero de forma anónima.
  • Evaluación del desempeño: Analizando el rendimiento de cada empleado, descubriremos las áreas de mejora de cada uno de ellos.
  • Informes de los responsables: Los superiores directos pueden advertir sobre las fortalezas y debilidades de los trabajadores a su cargo.
  • Tests: Pequeñas pruebas que se realizan a los empleados para comprobar su nivel sobre un determinado tema. Algunos ejemplos son tests sobre el nivel de idioma, sobre el uso de un software… Viendo el rendimiento de cada empleado en estas pruebas, sabremos en qué aspectos necesita mejorar cada uno.

2. Diseño del plan de formación

Una vez definidos los aspectos que se necesitan mejorar, tanto a nivel individual de cada empleado, como a nivel de organización, se deben definir las acciones concretas de formación continua a aplicar.

En este punto, también se determinará quién o quiénes se beneficiarán de cada una de las acciones, periodos en los que se impartirán, metodología a desarrollar en cada caso…

3. Puesta en marcha

Tras identificar las necesidades formativas y una vez diseñado el plan, toca impartir la formación a los empleados, controlando la asistencia y participación de los trabajadores en la misma, número de inscritos, porcentaje de participación de la plantilla, tasa de abandono…

4. Análisis de resultados

Por último, para comprobar la efectividad de la formación, se estudiarán los datos de rendimiento. Así la empresa puede determinar las iniciativas que han generado efectos más positivos y cuáles no, para planificar mejor sus próximas acciones.
A medio plazo se podrá observar el impacto que la formación ha tenido en el desempaño de los trabajadores: aumento en la productividad, reducción de accidentes laborales, mayor satisfacción de la plantilla…

Formación continua para empresas instaladoras

En el caso de las empresas instaladoras del sector energético, la formación continua cobra una enorme importancia para mantener a sus trabajadores actualizados. En este tipo de empresas esta formación supone una reducción de accidentes laborales y un gran aumento del rendimiento y la productividad, además de permitirte estar actualizado con las novedades del sector.

Algunos ejemplos de formaciones destinadas para empresas instaladoras podrían ser:

  • Cursos de manipulación de equipos.
  • Cursos de preparación teórica para la obtención de permisos de conducción especiales.
  • Cursos de instalación, mantenimiento y reparación de ascensores y montacargas.
  • Cursos de asesor energético.
  • Cursos de prevención de riesgos laborales.

Son muchas las diferentes opciones de formación continua para empresas y, en concreto, para empresas instaladoras y del sector energético. Identifica las necesidades formativas de tu plantilla y ofréceles formación en lo que más necesites, para aprovechar al máximo las capacidades de tu capital humano.

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