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6 razones para usar gas para cocinar

cocinar con gas
La cultura gastronómica está en auge y los sistemas de cocina se mantienen en constante evolución. Sin embargo, no siempre la más novedosa resulta la mejor alternativa. Y es que el gas para cocinar siempre ha sido una de las formas para conseguir el mejor resultado.
 

Hoy en día, una cocina moderna puede utilizar como fuente de energía distintos combustibles entre los que destacan el carbón, la leña, la electricidad o el gas. Todos estos sistemas presentan ventajas e inconvenientes que tendremos que analizar para determinar cuál es la solución que mejor se adapta a nuestras necesidades.

Tipos de cocina más habituales

A continuación, vamos a describir los tres tipos de cocinas más habituales:

  • Cocina de leña: La leña es uno de los combustibles más ecológicos, más económicos y más antiguos. El sabor de los alimentos cocinados en fuego de leña es único. Sin embargo, el encendido de la llama es un proceso lento y se requerirá un buen sistema de ventilación en la sala.
  • Cocina a gas: La llegada de la cocina a gas supuso toda una revolución. Su principal ventaja reside en el control de la llama, dado que se enciende de manera inmediata y se puede regular bruscamente hasta obtener la temperatura deseada. La cocina a gas es segura, estable y presenta un consumo energético bajo, en comparación con otras alternativas.
  • Eléctrica: Son sistemas seguros, fáciles de limpiar y no necesitan un excesivo mantenimiento. Las cocinas eléctricas son rápidas a la hora de calentar alimentos, pero no consiguen el efecto de la cocina a fuego lento. Su consumo energético es elevado.

¿Cocinar con gas o con Vitrocerámica?

La placa de la cocina es un elemento que se utilizará prácticamente a diario durante mucho tiempo, por lo que es importante invertir en un equipamiento adecuado.

Pese al reciente boom de las vitrocerámicas o las placas de inducción (ambas cocinas eléctricas), lo cierto es que cocinar con gas, sea gas propano o sea gas natural, sigue siendo la forma más eficiente de sacarle partido a nuestros alimentos.

Así lo opinan grandes chefs y gerentes de restaurantes de todo el mundo. Cocinar con gas sigue siendo la opción mayoritaria entre los profesionales y es que sus ventajas, en comparación con el resto de los métodos, son muy numerosas.

Los beneficios del gas para cocinar

Independientemente de si queremos hervir, hornear, cocinar al vapor, saltear, freír o preparar un plato a la plancha. Los beneficios de cocinar con gas son muy numerosos en todos los casos:

  • Mayor eficiencia: Cocinar con gas es la alternativa más eficiente. Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía), las cocinas con gas son las que menos recursos necesitan para lograr su cometido y, por tanto, las que menos contaminan. Al cocinar con gas sólo se emiten unos 200 gramos de CO2 por cada kWh consumido, frente a los 450 gramos que produce la vitrocerámica y los 360 gramos de las placas de inducción. El gas se posiciona, así, como el sistema energético de cocina más ecológico y respetuoso con el medio ambiente. Al gas le siguen las cocinas por inducción, las vitrocerámicas y, por último, las de resistencia eléctrica.
  • Más económico: El equipamiento de una cocina de gas tienen un coste mucho menor al de un sistema eléctrico. Además, su consumo energético es también menor. Según distintos estudios, se estima que al cocinar con gas podemos obtener hasta un 30% de ahorro respecto a otros tipos de cocina. En establecimientos hosteleros, en los que los quemadores permanecen mucho tiempo encendidos, este ahorro puede ser incluso mayor.
  • Mayor rapidez y mayor control del calor: Una de las grandes ventajas de cocinar con gas es la velocidad del fuego. Al contrario de lo que sucede con las vitrocerámicas, la cocina de gas nos permite obtener la potencia calorífica requerida de manera instantánea, desde el momento del encendido. La llama de los fogones nos proporciona un calor inmediato y constante, de manera que podemos adecuar las cocciones de cada plato con mucha más libertad.
  • Mayor sabor de los alimentos: La cocina de gas nos evoca, inevitablemente, a la cocina con fuego tradicional. Al cocinar con gas conseguimos que la variación de las temperaturas de cocción sea mínima, consiguiendo así que los platos de cocción prolongada presenten un resultado óptimo. Esta capacidad total de control nos permite conservar todas las propiedades de los alimentos, sin renunciar al color de las materias primas, a su textura y a un sabor intenso. Cocinar con gas nos garantiza un resultado inmejorable y nos proporciona una cocina más sana y sabrosa.
  • Mayor versatilidad: Otra de las ventajas que obtenemos al cocinar con gas es la posibilidad de utilizar cualquier tipo de utensilio en los fogones. Estas cocinas admiten todo tipo de ollas, cazuelas y sartenes, incluyendo las fabricadas en hierro, barro o acero inoxidable.
  • Mayores garantías: El gas ofrece un suministro continuo, garantizándonos, de esta manera, que podremos cocinar sin interrupciones. Al contrario de lo que puede suceder con otros suministros, como el eléctrico, el gas nunca sufrirá cortes, asegurando así una cocción perfecta del producto en todo momento y un servicio óptimo.

 

¿Cuánto consume una cocina de gas?

El consumo de la cocina dependerá de los hábitos de consumo de cada establecimiento hostelero o de cada hogar. Para el mismo consumo, las cocinas a gas son las más eficientes y las más rápidas. Así, para realizar la misma tarea, se estima que una cocina de gas consume aproximadamente la mitad de energía que una eléctrica. Las placas de inducción serían menos eficientes que las cocinas de gas, aunque se posicionarían como las más eficientes dentro de los sistemas eléctricos. Le seguirían las vitrocerámicas convencionales con un nivel de consumos mucho mayor. En último lugar, se situarían las cocinas de resistencias, consideradas las menos ineficientes.

Cocina a gas, un aliado para el éxito en la hostelería

Si bien es cierto que todas las cocinas tienen sus ventajas y sus inconvenientes, parece obvio que la de gas es la que presenta un mayor número de aspectos positivos. Precisamente por ello, la mayoría de cocineros se decanta por la integración de este sistema en sus cocinas y negocios.

La cocina a gas no solo supone un importante ahorro en la factura de la luz del restaurante, sino que permite al equipo de cocina mimar el producto al máximo y ofrecer una óptima experiencia de servicio a sus clientes.

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Y tú, ¿estás de acuerdo con la mayoría de cocineros? Tanto si lo estás, como si no, nos encantaría que nos dejases tu opinión al respecto en un comentario. ¡Muchas gracias!